―¿Qué estás haciendo al respecto? (…)
―Nada
―Pero debes hacer algo.
―No hay nada que pueda hacer.
―Debes aprender a tratar a la gente
―No puedo.
―¿Por qué?
―No sé cómo hacerlo. Nací sin ese sentido.
―Es algo que se aprende.
―No tengo el órgano para aprenderlo. No sé si es algo de lo que carezco, o algo que tengo de más y me lo impide. Además, no me gusta la gente que tiene que ser manipulada.
―Pero no puedes quedarte quieto, sin hacer nada. Tienes que ir en busca de trabajo.
―¿Qué puedo decirle a la gente para que me contrate? Sólo puedo mostrarles mi trabajo. Si no escuchan eso, no escucharán nada de lo que les diga. Para ellos no soy más que mi trabajo, mi trabajo es lo unico que tenemos en común. Y no pienso decirles otra cosa.
―Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿No estás preocupado?
―No. Ya sabía que iba a suceder. Estoy esperando.
―¿Qué?
―Encontrar gente de mi clase.
―¿Qué clase es esa?
―No lo sé. Sí, lo sé, pero no sé explicarlo. A menudo he deseado poder definirla porque debe haber un principio que la describa, pero no sé cuál.
EL MANANTIAL – Ayn Rand