―No quiero ingresar a ningún grupo, jamás, (…).
―Pero, ¿no te das cuenta cómo ayuda eso?
―¿Para qué?
―Para ser arquitecto.
―No me gusta que me ayuden a ser arquitecto.
―Sólo te estás haciendo las cosas más difíciles.
―Sí.
―Y sabes que será muy duro.
―Lo sé.
―Te los pondrás de enemigos si rechazas tal invitavión.
―Me los pondré de enemigos de todas formas.
El MANANTIAL – Ayn Rand